top of page

"A Real Pain": Los Espacios para el Dolor

¿Dónde depositamos el dolor? Es la pregunta que nos plantea A Real Pain, escrita, dirigida y protagonizada por Jesse Eisenberg (The Social Network). Recientemente nominada a Mejor Guion Original y otorgándole a Kieran Culkin (Succesion) su primera nominación como Mejor Actor de Reparto en los Oscars 2025, la película ha capturado la atención por su enfoque particular.


Jesse Eisenberg y Kieran Culkin en A Real Pain
Jesse Eisenberg y Kieran Culkin en A Real Pain

Con la premisa de dos primos distanciados, Benji (Kieran Culkin) y David (Jesse Eisenberg), que realizan un viaje a Polonia para reconectar con las raíces judías de su abuela recientemente fallecida, la historia nos lleva en un viaje tanto al pasado como al presente, explorando el dolor de manera concreta y metafórica.


Mientras recorremos una Polonia actual en el contexto de un tour turístico del Holocausto, la narrativa combina humor y drama para retratar el dolor desde perspectivas diversas. La película conecta los viajes personales de los protagonistas con las distintas formas de interpretar y enfrentar el sufrimiento, planteando una interrogante central: ¿Cuál es la forma “correcta” de abordar la tristeza, el descontento o el dolor?, ¿Cómo hablar de este sin mencionarlo directamente?. Temas profundamente relevantes en nuestra era actual.


“La gente no puede andar por el mundo siendo feliz todo el tiempo”.

Esta frase, dicha por Benji, encapsula el mensaje central de la película. Kieran Culkin demuestra nuevamente su capacidad para equilibrar humor y drama, entregando una interpretación que parece fluir de manera natural. No es de extrañar que Eisenberg haya insistido en tenerlo como parte de su proyecto.


Kieran Culkin y Jesse Eisenberg en A Real Pain
Kieran Culkin y Jesse Eisenberg en A Real Pain

El guion, que se percibe como un auténtico viaje emocional, reafirma la habilidad de Eisenberg como narrador. Inspirado en aspectos de su vida personal, el director utiliza elementos autobiográficos para dar mayor peso a la historia. Eisenberg, quien ha hablado abiertamente sobre su trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), no se distancia de su propia realidad en la construcción del personaje de David. Incluso la casa de la abuela “Dory” visitada en la película, es la casa real de su tía abuela con el mismo nombre. Estos detalles subrayan el valor de mantener viva la memoria como un acto creativo.


Además, la película explora, de forma sutil pero significativa, cómo los hombres se relacionan emocionalmente, abordando la salud mental desde un enfoque íntimo y reflexivo. Sin caer en clichés, Eisenberg pone en evidencia las dificultades que enfrentan los hombres para expresar vulnerabilidad, un tema especialmente relevante considerando que las tasas de depresión y suicidio son considerablemente más altas entre hombres que mujeres. En este contexto, A Real Pain funciona como una invitación para reconsiderar las expectativas sociales que limitan la conexión emocional masculina. La relación entre Benji y David refleja este conflicto, oscilando entre momentos de desconexión, tensiones no verbalizadas y pequeños actos de afecto que se sienten profundamente humanos. La película no busca ofrecer respuestas definitivas, pero sí abre un espacio para dialogar sobre lo que significa permitirnos sentir, especialmente en una sociedad que a menudo nos empuja a reprimir el dolor.


A pesar de que el guion brilla con fuerza, la fotografía también destaca con una sensibilidad y calidez que respetan los espacios retratados. Gran parte de la película fue filmada en lugares de memoria histórica, como dato anecdótico, Eisenberg comentó que debido a que el proceso de preproducción de la película se situó en tiempos de COVID, toda le preparación en cuanto a selección de espacios para filmar, lo realizó vía Street View de Google maps. Además, la banda sonora compuesta exclusivamente por piezas de Chopin intensifica la inmersión en el contexto polaco, complementando el simbolismo de que tanto el inicio como el final de la película ocurran en el Aeropuerto Chopin de Varsovia.


Finalmente, A Real Pain nos invita a reflexionar sobre los espacios cotidianos, aquellos que alguna vez fueron escenario de horror y que ahora forman parte de nuestra rutina. Nos recuerda que está bien no estar bien, y que enfrentar el dolor desde distintos ángulos también es una forma válida de sanar.


Kieran Culkin en A Real Pain
Kieran Culkin en A Real Pain



bottom of page