Joker: Folie à Deux, ¿La mayor decepción del año?
- Violeta Reyes Gutiérrez
- 6 oct 2024
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 10 oct 2024
Desde el lanzamiento de Joker: Folie à Deux, la expectativa de muchos era alta, especialmente tras el éxito rotundo de la primera película en 2019. Sin embargo, después de ver esta secuela, nos sumamos a la crítica generalizada y nos vemos enfrentados a una de las grandes decepciones cinematográficas del año.
Una secuela innecesaria
Como alguien que quedó completamente fascinada por la primera entrega, esta segunda parte se siente como una mala idea que no debió concretarse. La fuerza de la película original radicaba en su profundidad psicológica, su comentario social, y la magistral actuación de Joaquin Phoenix, que le valió un Oscar. Sin embargo, en Joker 2, toda esa sustancia parece diluirse, dejando una película que se siente vacía y, en muchos momentos, desconectada de la esencia de la primera.
El formato musical: un riesgo que no pagó
Muchos críticos y espectadores han señalado que la principal queja sobre Joker: Folie à Deux es el hecho de que sea un musical, pero eso no es lo que más incomoda. El problema aquí no es que sea un musical, sino la manera en que se ejecuta.
Las canciones en Joker 2 no añaden nada significativo a la narrativa; al contrario, interrumpen la tensión dramática y cortan el flujo emocional de la historia. Aunque la selección musical a lo largo de la película es increíble, cada vez que se daba inicio a un número musical, la sensación era la misma: "Aquí vamos otra vez". En lugar de profundizar en la historia de Arthur Fleck, estas secuencias musicales simplemente la desvían y diluyen su impacto.
Un guion y una trama que no conectan
El guion de esta película es otro de sus puntos más débiles. A pesar de estar coescrita por Todd Philips y Scott Silver, quienes estuvieron a cargo de la primera entrega. La trama en esta segunda parte no logra captar la misma intensidad ni ofrece la introspección que hizo de la primera entrega un éxito. Hay momentos en los que parece que la película está a punto de llegar a algún lugar emocionalmente profundo, pero justo cuando crees que algo grande va a suceder, una canción o un número musical te saca del momento.
Y el final… No queremos arruinar la experiencia para quienes aún no la han visto, pero para nosotros, no aportó nada relevante. Fue anticlimático, y deja la sensación de que todo el viaje fue en vano.
Lady Gaga como Harley Quinn
Aunque sabemos que la elección de Lady Gaga como Harley Quinn causó mucha expectación, su personificación no termina de convencer a la audiencia. La química entre Phoenix y Gaga tampoco logró igualar la intensidad que Phoenix tuvo con sus otros coprotagonistas en la primera película.
Algo que no deja de llamar la atención dentro de la narrativa de esta segunda entrega es la necesidad de incluir a Gaga en absolutamente cada espacio musical y no otorgando una profundidad mayor al gran personaje que es Harley Quinn.
Lo destacable
No todo fue negativo en Joker: Folie à Deux. La fotografía de la película a cargo de Lawrence Sher, quien también realizó la de la primera entrega, sigue siendo impresionante, con cada uno de los planes que se sienten como pintados a mano con cada decisión meticulosa en cuanto a la composición y al color.
La interpretación de Joaquin Phoenix, quien, como siempre, logra sacar lo mejor de su papel a pesar de los problemas del guion, Phoenix logra entregarnos la profundidad psicológica del personaje y trasladarnos a la montaña rusa de emociones que nos presenta la historia.
Y finalmente la selección musical, aunque disruptiva en la trama, en el sentido de los momentos en los que se nos presentan, es excelente si la observamos de forma independiente.
En resumen...
Joker: Folie à Deux. no cumple con las expectativas que muchos teníamos después de la primera película. La ejecución del formato musical, un guion débil y personajes que no terminan de convencer, hacen que esta secuela no esté a la altura de su predecesora.
Aunque tiene sus puntos brillantes, como la actuación de Phoenix y la cinematografía, en su conjunto se siente como una lluvia de ideas que se transformó en una película innecesaria que no añade valor a la historia de Arthur Fleck.