'Together': El amor en su versión más perturbadora

‘Together’ marca el debut como director de Michael Shank y se presenta como una de las propuestas más destacadas de body horror del año. La historia sigue a Tim y Millie, una pareja que, tras años juntos, enfrenta la monotonía y un cambio radical en sus vidas. Ese quiebre los obliga a confrontarse entre sí, con acontecimientos que los harán evaluar las aristas de su relación.

Shank propone un viaje incómodo y provocador, explorando el agotamiento de una relación desde la óptica del terror y el suspenso, con toques de humor que rompen el género. Su guion se atreve a experimentar, dándole al body horror un tono distinto al situar las dinámicas de pareja en el centro de la narración.

Uno de los aspectos más notables es la química real entre los protagonistas —pareja fuera de la pantalla— que traspasa la ficción.

Sin embargo, hay contrastes: el trabajo de Franco, por momentos, parece sobreactuado y rompe la naturalidad de ciertas escenas. Aun así, Brie aporta una gran interpretación, lo que termina equilibrando el conjunto. En pantalla, esa combinación genera una dinámica creíble que mantiene viva buena parte de la intriga de la película.

A pesar de no ser perfecta, ‘Together’ se suma a las sorpresas del año, demostrando que todavía es posible innovar dentro de un género que en los últimos años ha visto surgir miradas direccionales cargadas de creatividad.

Da gusto ver propuestas donde la influencia de cineastas como Cronenberg o Carpenter resulta evidente sin ser molesta. Shank toma esas referencias y las adapta a su propio espacio, sumando ideas que expanden las posibilidades del body horror y lo impulsan hacia territorios distintos. Si algo queda claro, es que el género todavía tiene mucho por explorar.